domingo, 7 de agosto de 2011

Globalización y sociedad del conocimiento


Beatriz Marlen Macias Quintero
4 "A" Lic. Administración


Resumen del tema: Globalización y sociedad del conocimiento

(Autor: Frédéric Lesemann)

Introducción. ¿Existe una sociedad del conocimiento?
Los cambios, innovaciones y crisis; en el último cuarto del siglo XX el mundo laboral enfrento cambios fundamentales. La creciente incorporación de la producción empresarial a la dinámica global (Carnoy et al, 1993) de intercambios económicos y tecnológicos, introdujo grandes transformaciones continentales, nacionales y locales en los campos de la Tecnología, Institucional, organizacional, individual y social. Estos cambios se relacionan con la noción de “innovación” y de “crisis”, según los marcos y niveles analíticos de que se apliquen.
La globalización crecente de intercambios económicos y culturales; de la transformación del trabajo, de su significado, su estatus; de la transformación de la seguridad social; del surgimiento del individuo ”reflexivo” que se da cuenta de su destino; de las nuevas filosofías de administración que celebran la flexibilidad, la movilidad o el just in time; del dominio de la ideología neoliberal sobre los sistemas económicos, políticos y culturales, por mencionar algunos de estos cambios.

Entonces, ¿de qué trata la sociedad del conocimiento?
Surgió en el campo científico y político hace dos décadas y comenzó a difundirse a través de los medios de comunicación. Desde esa perspectiva afirma que en todas partes se producen en nuestras sociedades inmensos cambios de tipo (científicos, tecnológicos, epistemológicos, étnicos o éticos).
La ecología (como postura epistemológica), la ética y la gobernabilidad constituyen el trasfondo de la reflexión acerca de la sociedad del conocimiento. Cualquiera que sea la perspectiva disciplinaria de análisis de la sociedad del conocimiento, todas buscan expresar a partir de sus categorías de análisis y de su propio lenguaje el hecho universalmente reconocido sugiere que los cambios fundamentales en todas las áreas de la actividad humana y de los componentes humanos se produjeron durante el último cuarto del siglo, de modo mucho más universal, concentrado y rápido que en las décadas precedentes. Además, de que tales cambios se encuentran actualmente en proceso y nos llevan a considerar de que el cambio es en sí un valor constitutivo de los modos de vida individuales y colectivos. Lo “imaginario” puede dar cuerpo y consistencia a un conjunto de indicios que se enriquezcan mutuamente y permitan entrever una “forma”, en función de la cual los elementos que hasta ese momento estén dispersos y fragmentados tomen sentido.

Los cambios en el mundo del trabajo
De la sociedad “asalariada” a…
Las sociedades industrializadas, puesto que en ellas el modelo de sociedad asalariada se ha desarrollado por completo. Las teorías sobre la restructuración y América Latina, De la Garza (2002; 721) recuerda que no se puede considerar que la sociedad asalariada haya conocido en América Latina un desarrollo comparable al que conoció en la mayor parte de los países europeos, de donde provienen los principales estudios que la documentan y la consagran.
Por sociedades “asalariadas” se entiende a las sociedades industrializadas que conocieron un empleo asalariado, sobre una base regular, de tiempo completo, en el mercado por un contrato laboral; inscrito en si mismo en un marco legislativo y reglamentario; un empleo con duración indeterminada, un empleo que otorga igualmente acceso a los derechos colectivos y a las medidas de protección social, tanto empresarial en la gran mayoría de los países.
La época de oro del empleo asalariado (1945 a 1975) se le denomino “treintena gloriosa”; este empleo estuvo ocupado masivamente por hombres, razón por lo que el salario se consideraba para que viviera toda su familia. Dio pie a un modelo de relaciones entre los sexos y las familias, lo que consagro los papeles del padre abastecedor  y de la madre ama de casa.       
Es en este momento cuando la sociedad asalariada ya se encuentra fuertemente integrada y con normas. El trabajo es el pivote, el organizador del tiempo social, de la “vida activa” o del retiro; incluso de los tiempos sociales del año: los días laborables, los feriados, horarios de trabajo, vacaciones, etc.


La sociedad del empleo atípico y  del trabajador “reflexivo”
La condición asalaria hegemónica empieza a desboronase en forma continua a partir de los años setenta; además un número creciente del personal, sobre todo los de mayor edad se ven excluidos del mercado laboral, mientras  que en el otro extremo del espectro de las edades, los jóvenes tienen dificultades para ingresar.
Los modelo familiares empiezan a transformarse, las mujeres invaden en el mercado laboral y los mas importante permanecen en el modelo  ternario de las edades, en el cual la juventud es igual a formación, edad madura a empleo regular y vejez a jubilación inactiva, no existe más, ya no se estudia solo en la juventud, estamos llamados a seguir formándonos a lo largo de la vida. La edad madura es cada vez menos la del empleo regular. Finalmente asistimos al desmoronamiento del modelo clásico de sociedad, es decir, al declive de la sociedad vista como un modelo de orden y de integración.
Surge un trabajador “nuevo”: el de la sociedad “reflexiva”. Este trabajador se encuentra en el centro del análisis puesto que es el productor del sentido de su trabajo, de sus estrategias de acción, dentro de un ambiente industrial y organizacional que evidentemente estructura su campo de posibilidades pero también le permite expandir sus iniciativas y su libertad.
Surge un mundo “nuevo” de la producción:
1.    El mundo comercial (producción de productos estándares, donde el deseo coordina las actividades).
2.    El mundo industrial (producción masiva destinada a los mercados extendidos y compuestos de los consumidores)
3.    El mundo interpersonal (productos especializados y dedicados, de acuerdo con las necesidades de los consumidores).

Un nuevo papel para el Estado
 Se ha señalado que la sociedad asalariada comenzó a deshacerse durante los años 70, desde inicio de los años 80 en gran número de sociedades industrializadas, el papel del Estado –provincia, pasivo concediendo compensaciones a sus trabajadores y familias, para volverse mucho más activo en materia de desarrollo económico en planificación de las necesidades de mano de obra, de apoyo a las empresas para su desarrollo de su competitividad tanto nacional como internacional.
En  este marco el Estado nacional se encuentra ampliamente “encasillado” por las instancias supranacionales, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, Agencias de Cotización, etc. el Estado dispone tanto sea posible de sus programas de su seguridad social y de educación entre otros, para contribuir a establecer esta nueva racionalidad de competitividad de la economía nacional en el marco de una economía globalizada.


El empleo en una encrucijada: ¿Hacia la precariedad, la economía social o la sociedad del conocimiento?
El surgimiento de tal sociedad de la precariedad no representa más que una cara de las consecuencias de la carencia de la industria, otras consecuencias son el incremento de los servicios y el cambio de la estructura de las ocupaciones, se observa el relativo incremento de trabajadores calificados, técnicos, ingenieros y cuellos blancos, al mismo tiempo que los empleados precarios.

La sociedad del conocimiento y la referencia obligada a la sociedad industrializada
El análisis socio ecológico de estas transformaciones a evolucionado mucho a lo largo de 30 años, sin embargo, es sintomático que los principales autores contemporáneos de la sociedad del conocimiento desarrollan generalmente argumentos en referencia explícita y por lo tanto diferencia incluso de ruptura estructural con la sociedad industrial, que si no ha desaparecido, no constituye tanto empírica como teóricamente más que la referencia dominante para la comprensión del mundo en el cual vivimos hoy en día.
Lo que distingue a la actual revolución tecnológica de los precedentes, no es el papel principal del conocimiento, ni de la información, si no su aplicación a los procesos de creación de conocimientos y del tratamiento-difusión de la información en un lazo de retroacción acumulada entre la innovación y su uso práctico.

Las transformaciones globales e interdependientes:
Hacia una nueva diferenciación social.
Una de las características es el insistir en una multiplicidad transformaciones, todas interdependientes, independientemente del ámbito del trabajo; del trajo de su organización, de contenido, de su estatus cultural en la sociedad, de influencia de desarrollo de tecnologías, de las comunicaciones de la información, de la internalización de la producción, vista como la globalización de la economía y de la liberación de los intercambios; de las relaciones entre individuos, sus modos de vida en pareja o en solitario, del incremento en su nivel educativo de su re flexibilidad, de la conciencia de su individualidad, de la transformación de las instituciones, del derecho, del Estado, de la transformación de la cultura, etc.

Uno de los paradigmas del análisis sociológico es el de la diferenciación social. Francois Dubet (2003) resumió y reformuló en cuatro “grupos” de trabajadores:

1.    El grupo de los competitivos inscritos en los sectores hacia la exportación de las tecnologías de punta con fuerte valor agregado del trabajo y del conocimiento obtenido.
2.    El grupo de los precarios, el cual depende de los sectores competitivos y que se reservan los trabajos menos calificados, expuestos a la competencia de los países pobres.
3.    El grupo de los protegidos cuyo nivel de ingresos y condiciones laborales no los fija el mercado, si no su capacidad de influencia política sobre los partidos  y sobre el Estado, es el mundo de los funcionarios y de cientos de profesionistas liberales, sobre todo en el sector de la salud.
4.    El grupo de los excluidos o de las personas en proceso o en riesgo de exclusión.

El estudio de las nuevas competencias de los trabajadores en el contexto de la sociedad del conocimiento, debemos comentar nuestra información y nuestro análisis en el primer grupo, el de los competitivos, incidiendo directamente en los procesos de diferenciación social.

Hacia la sociedad del conocimiento:
El conocimiento como poder de acción
El conocimiento es un poder de acción (Stehr, 2000:160). La definición del conocimiento como poder de acción que resalta netamente que la realización material y la aplicación del conocimiento son tributarias de condiciones sociales económicas e intelectuales precisas; además, el conocimiento es una fuerza inmediata productiva, ya que produce cada vez más un conocimiento de acción.
A fines del siglo XX sin perder sus otras funciones, la ciencia se volvió más y más una fuerza inmediatamente productiva o per formante, hoy en día puede aplicarse a la producción sin mediación del trabajo activo físico.
Es por esto que el conocimiento exige siempre ciertas capacidades de interpretación y de dominio de las circunstancias de la situación, este no se monopoliza fácilmente; es contingente, cambiante, múltiple y se puede contestar.


Reflexión sobre los efectos de la sociedad del conocimiento:

Es importante mencionar que el conocimiento no es simplemente información, pues esa la encontramos en todos lados; pero para poder ser conocimiento es necesario seleccionar la información correctamente.

Así también el acceso a la información no es la formación, pues este solo es un medio, pero no puede remplazar la interacción humana, la cual es el elemento central de la adquisición de competencias y habilidades complejas.

Considero que la sociedad del conocimiento, ha creado muchas oportunidades para todos incluyendo a las organizaciones; conforme pasan los años, es importante ir innovando la forma en cómo se adquieren los conocimientos y  evolucionar de distintas formas favorablemente, procurando siempre la mejora para las futuras generaciones.

Es importante mencionar que en la sociedad del conocimiento las personas en años anteriores no pensaron que las nuevas tecnologías tendrían el impacto que hoy en día podemos ver logrado. Hemos logrado comunicación más efectiva en tiempo real, mas formas de pago, innovación, propaganda, etc. todo esto con ayuda del conocimiento adquirido exitosamente por los individuos.

Por lo anterior podemos decir que el conocimiento es una gran llave al éxito, las oportunidades, las aportaciones, la innovación, las relaciones humanas y sin duda a las grandes utilidades personales y organizacionales.

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